La Computación afectiva es un campo emergente cuyo objetivo es desarrollar sistemas inteligentes capaces de dotar a un ordenador de la capacidad de reconocer, interpretar y procesar las emociones humanas. La interacción inteligente persona-ordenador ofrece a los humanos formas naturales de utilizar los ordenadores como ayuda. Se argumenta que para que un ordenador pueda interactuar con los humanos necesita tener las habilidades comunicativas de éstos. Una de estas habilidades es el aspecto emocional de la comunicación. Por esta razón, la detección de afectos se está convirtiendo en una parte indispensable de las interfaces avanzadas entre humanos y ordenadores.
El trabajo del grupo en esta área aborda los dos principales focos de investigación en Computación afectiva: el reconocimiento de emociones a partir de las expresiones faciales del usuario y la fusión multimodal de información afectiva extraída de distintos canales comunicativos humanos. Para ello, se ha desarrollado un novedoso y eficaz sistema de detección de afectos faciales que posteriormente se ha ampliado para afrontar el problema del reconocimiento multimodal de afectos humanos.
El grupo colabora con el Instituto Tecnológico de Aragón en el desarrollo de novedosas herramientas que combinan tecnologías de seguimiento ocular y reconocimiento emocional facial para la detección y visualización avanzada de emociones. Y dentro del proyecto NeuroGame en el estudio de la evaluación cognitiva y emocional de la experiencia de usuario en videojuegos.
El esfuerzo del grupo se ha centrado en desarrollar un reconocedor de afectos faciales capaz de percibir emociones a partir de imágenes faciales capturadas por el usuario. A partir de un conjunto de parámetros faciales cuidadosamente elegidos (ángulos y distancias entre puntos característicos de la cara) el sistema combina de forma novedosa y robusta cinco clasificadores y realiza la clasificación emocional en tiempo real.
El grupo también ha desarrollado una metodología para abordar la fusión multimodal de información afectiva procedente de distintos canales a lo largo del tiempo. La metodología se basa en el uso de una descripción bidimensional de evaluación-activación del afecto que va más allá de las tradicionales categorías emocionales discretas (como las de Ekman) y trabaja en un espacio emocional continuo (espacio de Whissell). Esta metodología permite introducir enfoques novedosos a la hora de detectar el afecto del usuario, como la «cinemática emocional» y los «recorridos emocionales» del usuario.
En esta línea de investigación también se incluye la detección de emociones académicas (aburrimiento, confusión, frustración, compromiso), específicamente el aburrimiento al observar videos educativos. Se trabaja con un enfoque multimodal que incluye EEG, EDA, reconocimiento facial, y autopercepción.






















